
miércoles, 22 de febrero de 2012
0.10. La última exposición futurista
Lo profundo es profundo porque no es superficial, no se manifiesta de manera clara. De hecho, lo profundo no se manifiesta, no tiene fin. Una persona que introduce la mano en algo que, literalmente, es profundo, sea una charca o un agujero en la pared, pretende no toparse con nada. Porque teme. Tiene miedo a que lo profundo deje de serlo mediante la irrupción de no se sabe que cosa. Cada elemento, pues, tiene su condición. En 1915 alguien en Petrogrado pasearía tranquilamente por 0.10. La última exposición futurista y quedaría ciertamente en suspenso ante la ausencia de caracteres del Cuadrado negro. No había verticales ni horizontales en la concepción de Kasimir Malevitch, solamente un cuadrado negro sobre un fondo blanco que colgaba de una esquina de la habitación. Es decir, su colocación permitía, a falta un análisis mejor, y con ayuda de una escalera, meter la mano por detrás del lienzo y esperar a que ocurriese algo.
0.10. La última exposición futurista, sección suprematista de Malevich, 1915, Petrogrado.

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