jueves, 7 de junio de 2012

El puente

Este puente, pese a todo, lleva a otro lugar. Y al contrario de lo que ocurre con la espiritualidad del expresionismo posterior, Kirchner nos lo deja ver muy rápido: están obsesionados con el sexo. Son contradictoriamente modernos al tomar una orgullosa conciencia de la tradición medieval alemana que les lleva a abrazar posiciones espiritualistas, mitológicas y mágicas. Chovinistas hacia un derechismo extremo. Es un relámpago. Sus apetencias sexuales estaban, sin embargo, en las antípodas del gusto ario; pintaron con simpatía y cierta recurrencia gitanos y parejas de negros. También reflejaron su gusto por las jovencitas y las escenas de fecundidad. En la Alemania de preguerra sobrevuelan los paisajes idílicos, por un lado, y escenas de lo que la ciudad tiene de trepidante, por otro.

Ernst Ludwig Kirchner, Bañistas en la playa, 1913. Berlín, Staatliche Museem.
KIRCHNER, desde el 26 de mayo hasta el 2 de septiembre de 2012. Fundación MAPFRE, Madrid.