sábado, 24 de marzo de 2012

The last picture show

En uno de sus poemas más conocidos y celebrados, el poeta Ángel González escribía “lo llaman porvenir porque no viene nunca”. En Anarene, Texas, 1951, no hay porvenir. Todos en el pequeño pueblo tejano donde se desarrolla The last picture show, de Peter Bogdanovich, saben perfectamente lo que se les viene encima. Y es que el gran futuro que tan solo una década antes aparecía en el horizonte, sueños de una mejor vida, ha quedado atrás. Todo eso era ya una realidad y un poco más allá no se ve nada nuevo, quizá la guerra de Corea. A sus habitantes solo les queda entonces posicionarse, bien del lado de la miseria y el horror de la comunidad, y que se adivina igualmente en Calle Mayor, bien del lado de Sam el león, cuyo tiempo se agota a la vez que finaliza la época de los cines y del western clásico, el de John Wayne y Howard Hawks en Río Rojo. Lo que viene es otra cosa; cuando no hay más oeste que conquistar se busca el sur.

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